Muere una mascota.

Vivimos un divorcio o cambios de una relación emocionalmente significativa, incluyendo una amista/sociedad.

Cambios en tu salud o la salud de un ser querido.

Pérdida laboral o de la estabilidad financiera.

Cambios importantes en la vida como jubilación, migración o mudanzas.

No hay una manera correcta o incorrecta de sobrellevar el proceso de duelo. Cada persona lo vive de una manera distinta, dependiendo de tus creencias religiosas, cultura, sociedad, o etapa de vida en la que te encuentres.

Sentimientos: rabia, ansiedad, culpa, confusión, negación, depresión, miedo, irritabilidad, soledad, tristeza, shock, alivio, anhelo, desolación, desesperanza.

Pensamientos: confusión, dificultad para concentrase, pérdidad de confianza, alucinaciones, preocupación excesiva.

Sensaciones físicas: mareos, taquicardia, fatiga, dolores de cabeza, dolores musculares, hiperventilar, náuseas, dolores estomacales, falta de aire, presión en el pecho, cambios de peso, cambios en el patrón de sueño.

Conductas: llanto excesivo, excesiva actividad, irritabilidad, agresión, pérdida de energía, falta de interés en actividades, dificultad para dormir.

1) Negación, etapa donde es difícil reconocer lo que esta sucediendo.

2) Rabia.

3) Queja.

4) Tristeza.

5) Aceptación.

Cuando se vive un duelo es indispensable contar con un grupo de apoyo, de amigos, familiares, comunidad religiosa y un terapeuta. El proceso de duelo toma tiempo para completarse y poder comenzar a vivir la vida como antes de la pérdida. Es necesario permitirte vivir el proceso de duelo, con el tiempo y dolor que esto significa. Acompañado de un terapeuta, podrás llevarlo de la manera adecuada.

Cuando se está pasando un proceso de duelo, es normal suspender actividades por un período de tiempo y necesitar tiempo individual para procesar la pérdida. Cada miembro del grupo familiar va a vivir la pérdida de manera diferente, experimentando la necesidad de hacer o dejar de hacer cosas distintas, lo cual está bien. Permitir que cada persona sobrelleve su duelo a su manera debe ser aceptado.

Cuando una persona se aisla completamente, emocional y/o físicamente.

Cuando la persona deja de comer, bañarse, no sale de su cama, no vuelve a su trabajo, etc.

Cuando niega la pérdida ocurrida.

Comienza a realizar rituales no sanos para su salud y la de otros.

Muestra brotes de agresividad excesiva.

Repentinamente pide el divorcio.

Insiste repetidamente que nadie entiende su sufrimiento.

Se niega a conversar acerca de otros temas.