Redacción Opción Yo
Viernes 18 de abril de 2025
El divorcio marca un cambio importante en la dinámica familiar, pero no rompe el vínculo con los hijos. Madres y padres siguen siendo figuras clave en su desarrollo emocional. Asumir este rol con amor, respeto y presencia es esencial para su bienestar. A partir de aquí, comienza una nueva etapa en la que es posible construir una crianza consciente y saludable.
Acompañar a los hijos después de una separación
Hoy en día, muchas parejas toman la decisión de separarse o divorciarse. A veces no se logran resolver los conflictos; otras, no se cuenta con las herramientas necesarias para afrontar los retos de una vida en pareja. Sea cual sea la causa, el divorcio representa un cambio significativo, no solo para los adultos, sino especialmente para los hijos.
Después del divorcio, se abre una nueva etapa. Las madres y padres continúan siendo figuras fundamentales para sus hijos, más allá de las decisiones de pareja. La paternidad y la maternidad no se limitan a los fines de semana ni a un calendario de visitas: se trata de un vínculo emocional y una responsabilidad diaria basada en el amor, la presencia y el respeto.
Superar el dolor que deja la relación de pareja permite construir una nueva forma de comunicación entre los adultos, que favorezca el bienestar emocional de los hijos. Ver a la expareja como una aliada o aliado en la formación de los hijos es un paso clave para lograr una convivencia respetuosa y saludable.
Recomendaciones para madres y padres divorciados
- Evita involucrar a tus hijos en los conflictos. No necesitan conocer los motivos del divorcio en detalle.
- Explica la situación con claridad. Hazles saber que papá y mamá ya no vivirán juntos, pero que el amor hacia ellos no cambiará.
- Evita hablar mal del otro progenitor. La responsabilidad del divorcio es compartida, y los hijos no deben cargar con esa tensión.
- Refuerza la seguridad emocional. Asegúrate de que tus hijos sepan que ambos padres estarán presentes, cada uno desde su espacio.
- Mantén su rutina. Intenta que los cambios no afecten bruscamente su entorno, relaciones o actividades cotidianas
- Habla con honestidad. Explica que el divorcio es definitivo y que ahora su familia funcionará de otra manera.
- Protege su imagen de ambos padres. Apoya una visión positiva y equilibrada de cada figura.
- Facilita la relación con el otro progenitor. Sé flexible con los horarios y fechas importantes.
- Comparte responsabilidades. Las decisiones sobre salud, educación y bienestar deben ser compartidas.
Recomendaciones para quienes no viven con sus hijos
- Tus hijos no son un objeto de disputa. Lucha por su bienestar, no por posesión.
- Brinda amor desde la presencia. Estar físicamente y emocionalmente disponible es fundamental.
- Actúa desde el amor, no desde el resentimiento. Recuerda que ambos siguen siendo sus referentes más importantes.
- Da el ejemplo. Tu comportamiento enseña más que tus palabras.
- Ambos son irreemplazables. Los hijos necesitan tanto a su madre como a su padre.
- Diferencia el rol de pareja del rol de madre o padre. Si hay heridas sin sanar, busca apoyo profesional.
Un cierre necesario
El divorcio no significa el fin de la familia, sino una transformación en la manera de estar presentes como madres y padres. Mantener un enfoque respetuoso, empático y centrado en el bienestar de los hijos permite transitar esta etapa con más claridad y propósito.
Y recuerda: los padres no se divorcian de sus hijos.
Recomendaciones para padres divorciados
- Evita involucrar a los hijos en el conflicto. No necesitan conocer los detalles de la separación.
- Comunica con claridad. Explica que mamá y papá ya no vivirán juntos, pero ambos seguirán presentes en sus vidas.
- No hables mal del otro progenitor. Cuida de no asignar culpas ni generar sentimientos de responsabilidad en los hijos.
- Refuerza el amor incondicional. Asegura que, aunque vivan separados, el amor de ambos padres seguirá intacto.
- Mantén rutinas estables. Conserva hábitos, entorno y horarios lo más estables posible para brindarles seguridad.
- Sé claro con la decisión. Ayuda a tus hijos a entender que el divorcio es definitivo y que comienza una nueva etapa.
- Cuida la imagen del otro progenitor. Protege las referencias emocionales positivas que tus hijos tengan.
- Fomenta la relación con el otro progenitor. Sé flexible con los horarios y fechas especiales, priorizando el bienestar emocional de tus hijos.
- Comparte decisiones importantes. Acuerda con el otro progenitor temas relacionados con la educación y la salud.
Recomendaciones para padres separados que no viven con sus hijos
- Tus hijos no son una posesión. Lucha por su bienestar, no por el control.
- Sé presente. Más allá del tiempo, tu amor y atención marcan la diferencia.
- Motívate desde el amor, no desde el conflicto. El bienestar de tus hijos es prioridad, independientemente de la relación con tu expareja.
- Actúa con respeto. Tus hijos aprenden de ti: tu conducta deja huella.
- Ambos progenitores son irreemplazables. Los niños necesitan tanto a su madre como a su padre.
Es fundamental que puedas distinguir entre el rol de pareja que ya terminó y el rol de madre o padre que continúa. Si sientes que quedan heridas sin sanar, contar con apoyo emocional puede ayudarte a transitar este proceso de forma más saludable.
Una reflexión final
Recuerda: los padres no se divorcian de sus hijos. Estar presente, emocional y físicamente, es una forma de amor que construye seguridad y bienestar en su desarrollo.
¿Te gustaría conversar sobre este proceso y cómo enfrentarlo desde el crecimiento personal y el acompañamiento emocional? En Opción Yo, nuestros especialistas están aquí para escucharte y brindarte herramientas que te ayuden a avanzar.