Marcela Pedraza
Lic. en Psicología
Miércoles 17 de septiembre de 2025
La pérdida de un ser querido es una de las experiencias más difíciles que puede atravesar una persona. El dolor, la confusión y la sensación de vacío parecen no tener fin. Este artículo busca acompañarte en la comprensión de lo que significa el duelo y en cómo es posible avanzar, aun cuando parezca imposible.
¿Qué significa transitar un proceso de duelo?
El duelo no es una debilidad ni un signo de fragilidad, es una respuesta natural ante la ausencia de alguien a quien amamos. Cada persona lo vive de forma única, con tiempos y emociones diferentes. Puede incluir tristeza, enojo, negación, culpa e incluso momentos de aparente calma que se alternan con olas de dolor.
Aceptar que el duelo es un camino, y no un estado permanente, ayuda a aliviar la presión de “superar” la pérdida rápidamente. En realidad, se trata de aprender a convivir con la ausencia y a integrar el recuerdo en nuestra vida diaria, sin que nos paralice.
¿Por qué es importante el acompañamiento en el duelo?
Afrontar una pérdida en soledad puede intensificar el dolor. Contar con el apoyo de familiares, amistades y especialistas en bienestar emocional permite expresar lo que sentimos sin juicios y encontrar herramientas para sobrellevar la experiencia. Este acompañamiento ofrece un espacio seguro donde se valida el dolor, se reconocen las emociones y se refuerza la capacidad de resiliencia.
Además, existen acciones prácticas que pueden ayudarte en este camino:
- Permitirse sentir todas las emociones sin reprimirlas.
- Evitar la autoculpa y recordar que el duelo no es responsabilidad de nadie.
- Fomentar el autocuidado: descansar, alimentarse bien y realizar actividad física.
- Propiciar la comunicación abierta en la pareja y en la familia.
- Mantener rutinas que aporten estabilidad y seguridad.
- Buscar el acompañamiento de especialistas que brinden orientación emocional.
Pequeños pasos como estos pueden marcar una gran diferencia en la manera en que atravesamos el proceso y en cómo logramos recuperar poco a poco la confianza en la vida.
Conclusión
El duelo nunca es sencillo, pero tampoco es un callejón sin salida. Aunque la pérdida deje una huella imborrable, puede transformarse en aprendizaje, amor y fortaleza. Con apoyo, autocuidado y tiempo, es posible recuperar la esperanza y seguir adelante con un corazón más sabio y resiliente