¿Cómo superar la depresión?

Lo que ayuda a superar la depresión es la terapia, sin embargo, también hay varios factores que pueden influir en cómo cada persona puede superar esta enfermedad, como la personalidad, los mecanismos de defensa, la gestión de la autoestima, y el entorno en el que se desarrolla.

¿Qué es la depresión?

La depresión es un estado de ánimo que se caracteriza por la tristeza, sentimientos de baja autoestima, desgano, falta de vitalidad para cualquier impulso vital, y en general, gran desánimo. Se caracteriza por alteraciones en el comportamiento, grado de actividad y del pensamiento.

Los síntomas de la depresión son:

• Una tristeza patológica.

• Pérdida total de interés.

• Disminución de actividad.

• Pensamientos oscuros, deprimentes.

Cuando una persona tiene depresión se siente atrapada, sin salida, ve la vida a través de un vidrio oscuro y no puede conectarse afectivamente con nada, ya que tiene un desinterés afectivo muy grande, también puede haber sentimientos de culpa, irritabilidad, enojo, intolerancia trastornos del sueño, y falta de concentración.

¿Hay distintos tipos de depresión?

Sí, la depresión se puede presentar de manera distinta, según las condiciones de cada individuo. 

• La depresión puede ser Mayor, o Endógena, en este tipo los factores externos tiene menos que ver  que factores genéticos de neurotransmisores, a veces hereditarios.

• Tenemos la Depresión Reactiva, como su nombre lo indica, se refiere a factores como duelos, situaciones de pérdida, material o interna, una pérdida económica, el alejamiento de los hijos etc. En resumen una mala adaptación a una situación cambiante.

• Por último, la Depresión Distimia de intensidad menor que la reactiva y con períodos más prolongados y a veces mejorando para volver a caer en una depresión larvada.

¿Qué factores influyen en la depresión?

Muchas veces no nos damos cuenta de algunos síntomas que son típicos de la depresión ya que ésta está asociada al llanto o la falta de ganas de levantarse y bañarse, por ejemplo, sin embargo, hay depresiones que cursan con gran ansiedad y enojo, personas muy irritables, inquietas, que nunca se sienten satisfechas y en realidad están deprimidas.

En estos casos la depresión está enmascarada por somatizaciones, molestias orgánicas y cambios de conducta. Es interesante conocer los orígenes químicos de la depresión, por supuesto que a veces sobreviene como consecuencia de una enfermedad, pero tenemos también la interacción de factores hormonales, alteración en los neurotransmisores como la serotonina, la dopamina ,la noradrenalina (estos son componentes genéticos), y los factores psicosociales, circunstancias de la vida afectiva, laboral y de relaciones en general. 

Por último, los factores del momento de la vida como la depresión posparto, la depresión pre y post menopáusica.

A veces podemos identificar que un familiar o ser querido presenta síntomas de algún tipo de depresión, por lo cual es importante transmitirle nuestro apoyo y comprensión, y estimularlo para que busque ayuda profesional.

Si identificas alguno de estos síntomas en tu propia vida, ya sean distintos factores que te puedan estar afectando, debes saber que no estás solo y sí es posible salir de la depresión, recuperar tu vida y seguir adelante. La depresión es un estado circunstancial y no te define, eres mucho más.

¿Qué es lo que más ayuda a las personas para saber si sufren de depresión?

Lo que más ayuda a las personas para saber si sufren de depresión, es la consulta con un especialista de la salud, tras una buena entrevista se podrá saber, o tener un criterio diagnóstico de la situación, mandar a realizar una evaluación clínica para descartar cualquier problema de otra índole, y de ser necesario, un psicodiagnóstico.

Lo primero que ayudará a una persona si está transcurriendo por una depresión, es reconocerlo. Es crucial que la persona misma se dé cuenta de que está distinta, su estado de ánimo está cambiado, llora, sufre, se enoja, no encuentra placer en nada, cosas y situaciones que disfrutaba antes, ya no le hacen mella ni le interesan. 

En una consulta se podrá determinar a partir de cuándo el paciente se siente así, ubicar algún evento que nos indique un antes y un después del estado de ánimo depresivo, incluso puede suceder luego de un consumo de drogas o alcohol, de un dolor crónico debido a una enfermedad, pérdida del trabajo, divorcio, alejamiento de los hijos, aislamiento social, el cual es muy frecuente en adultos mayores y en esta época de pandemia, aún más común a todas las edades, incluyendo los niños.

Sentirse triste por una pérdida identificable es perfectamente comprensible y no implica patología, pero cuando la persona nota que se prolonga en el tiempo, que no puede superarla, que se mantiene en el tiempo e incluso se intensifica, podemos empezar a pensar en una depresión.

La persona con depresión se aísla, no encuentra placer en las relaciones sociales, puede perder el apetito o engordar en la medida que busca algo que la satisfaga, con el tiempo empieza a pensar negativamente de sí misma y su autoestima está por el subsuelo, no ve una salida ni puede pensar en el futuro, cruzan por su mente pensamientos negativos, incluyendo pensamientos suicidas, en muchos casos.

En gran medida la depresión es el resultado de la falta de refuerzos y estímulos positivos, la persona deprimida no encuentra motivación para actuar, por lo tanto se encierra en un círculo vicioso de inactividad que perpetúa el estado depresivo. Además ve el mundo bajo un prisma negativo hasta el punto de no poder diferenciar entre el pensamiento y la sensación que este le genera. 

De hecho la persona muchas veces no puede identificar la causa de esa tristeza porque aunque haya empezado con hecho negativo termina instaurándose como una forma de respuesta habitual en todos los órdenes de la vida.

Cuando la depresión es severa la persona puede llegar a sentirse como muerta emocionalmente, desconectada de sus emociones, con pensamientos negativos sobre uno mismo, el mundo y el futuro. Las ideas suicidas surgen cuando la persona cree que su entorno estaría mejor si ella, o cuando el sufrimiento y el dolor se vuelven intolerables.

Es necesario aclarar que en depresiones leves que persisten por lo menos dos años, no estamos hablando de depresión sino de distimia o trastorno depresivo persistente.

La exposición a situaciones estresantes y traumáticas son unas de las causas más comunes de la depresión, sobretodo si se han sufrido en la infancia, de hecho se conoce que si se sufren traumas agudos en la infancia, estos se desencadenarán más fácilmente en una depresión en la vida adulta,

¿Cómo se trata la depresión en terapia?

Es muy común que con la mejor intención se le diga a la persona, “anímate, haz un esfuerzo”, “estás así porque tú quieres”, “no estás poniendo de tu parte para estar mejor”, pero estos mensajes hacen que la persona en cuestión se sienta incomprendida, no es recomendable reducir la depresión a un mero problema de falta de voluntad.

Es importante trabajar en las creencias y pensamientos que alimentan este trastorno, no se trata solamente de pensar en positivo, sino de profundizar en los pensamientos desadaptativos que lo hacen ver el mundo a través de un prisma gris, y ayudarlo a conectarse con los aspectos positivos que la depresión no lo dejan ver.

Por último, el tratamiento de la depresión debe abordar la modificación de pensamientos y creencias disfuncionales, sin olvidar aspectos inconscientes y emocionales por lo que trabajamos desde una psicoterapia profunda, hasta técnicas cognitivas conductuales cuya eficacia ha sido demostrada con el devenir de los años. 

Existen también otras técnicas como el EMDR y en algunos terapeutas utilizan la hipnosis, que yo no practico, pero puede también ser muy eficaz. No se debe descartar la medicación en muchos casos, teniendo en cuenta que la medicación moderna prácticamente no tiene efectos secundarios y es muy efectiva en acortar, disminuir y desaparecer los síntomas de la depresión.

La buena noticia es que con el tratamiento adecuado, entre el 80 % y 90 % de las personas que sufren de depresión, logran recuperar el control de su vida y encuentran un mejor funcionamiento ante todas las circunstancias de la vida.

Entre los beneficios de tratar la depresión están:

• Descubrir las causas y el origen.

• Activar tus recursos y mecanismos conscientes e inconscientes, así como aportar aprendizaje acerca de tus conductas.

• Recuperar la confianza perdida y aumentar tu autoestima.

• Resolver conflictos presentes y pasados, resignificando a la luz de los conocimientos adquiridos en el trabajo terapéutico.

• Aprender a evaluar las situaciones importantes de tu vida desde una perspectiva más lógica y realista.

• Reconciliarte contigo mismo aceptando ser quien eres.

• Superar la depresión y volver a disfrutar de la vida.

En algún momento todos somos vulnerables a sufrir depresión pero es vital que no nos dejemos vencer y que busquemos las herramientas acordes para salir adelante y recuperar la plenitud de nuestra vida. El trabajo en terapia aporta innumerables beneficios para distintos aspectos de nuestra vida.

La depresión puede ser un proceso complejo y doloroso pero no tenemos que transitarlos solos.