Martes 25 de mayo de 2021
El cáncer se ha posicionado como uno de los primeros problemas que enfrenta la salud pública en la mayoría de los países de América, y es que se diagnostican alrededor de 3,8 millones de casos y al menos 1,4 millones de personas pierden la batalla, cada año. Los tipos de cáncer más diagnosticados son de próstata, pulmón y colorrectal, en los hombres; y de mama, pulmón y colorrectal en las mujeres.
¿Qué es el cáncer?
El cáncer es un conjunto de enfermedades que comprende más de 100 tipos distintos, y se caracterizan por presentar crecimiento celular sin control, lo cual puede ser resultado de factores genéticos o factores externos.
Se estima que el cáncer aumentará su importancia como causa de morbilidad y mortalidad en las próximas décadas en todas las regiones del mundo.
Respecto a su etiología, sólo una pequeña proporción de los cánceres (5 al 10%) está ligada a la herencia (genes heredados). Las personas que presentan estas mutaciones tienen un riesgo aumentado de desarrollar cáncer. El resto de la población, en distintas proporciones, tiene una susceptibilidad adquirida de enfermar por cáncer cuando se combina con la presencia de factores externos. Las causas externas incluyen el humo del tabaco, agentes infecciosos como virus o bacterias, hormonas, medicamentos, la radiación solar y la presencia de agentes carcinogénicos en la comida, agua y bebidas.
Una nutrición adecuada, equilibrada y saludable, es el primer paso para reducir los factores de riesgo que nos pueden exponer a contraer cáncer, además, reduce el riesgo de otras enfermedades, nos ayuda a mejorar nuestro estado físico y emocional.
Los procesos de adherencia en los tratamientos nutricionales a veces pueden ser complejos, lo que provoca que no tengamos continuidad, por eso es tan importante contar con un especialista que se adapte a tus necesidades y que te pueda brindar apoyo personalizado.
Siempre es posible cambiar nuestros hábitos alimenticios y mejorar nuestra salud física y emocional, sólo necesitamos un poco de voluntad y el apoyo adecuado.
¿Cómo prevenir la aparición de cáncer?
Para conocer cómo prevenir la aparición de cáncer primero debemos conocer los factores de riesgo, más allá de los factores genéticos, y con esto me refiero a los hábitos de nuestro día a día.
Con respecto a los factores más comunes que incrementan el riesgo de padecer cáncer, y que son modificables, son los siguientes:
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Índice de masa corporal elevado: la obesidad es el factor nutricional que se ha asociado a un mayor riesgo de varios tipos de cáncer. Un elevado índice de masa corporal se asocia de forma convincente a adenocarcinoma de esófago, páncreas, colorrectal, mama en la posmenopausia, endometrio y riñón. De forma probable se asocia a cáncer de vesícula biliar. La adiposidad abdominal también se asoció de forma convincente como causa de cáncer colorrectal y como probable en los cánceres de páncreas, mama en la posmenopausia y endometrio.
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Consumo elevado de carnes rojas: es un factor dietario de riesgo. El consumo elevado de carnes rojas y de carnes procesadas se encuentran asociados de forma convincente a mayor riesgo de cáncer colorrectal.
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Alto consumo de sal: El alto consumo de sal y el consumo de alimentos preservados en sal son causa probable de cáncer de estómago, ya que el alto contenido de sal puede dañar la mucosa gástrica.
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Ingesta reducida de frutas y verduras: los alimentos que tienen fibra protegen contra el cáncer colorrectal. La fibra disminuye el tiempo del tránsito intestinal y de esta forma podría proteger contra el cáncer al disminuir la exposición de las células del colon a sustancias con potencial carcinogénico. Los vegetales no feculentos protegen de forma probable contra varios tipos de cáncer como boca, faringe y laringe y estómago. Los vegetales protegen del cáncer por su efecto antioxidante y a su alto contenido en fibra, fitoquímicos y folatos, los cuales tienen algunas propiedades anticancerígenas como estimulación del sistema inmune o actividad anti proliferativa. Las frutas en general protegen de forma probable contra los cánceres de boca, faringe y laringe, pulmón y estómago. Las frutas son fuentes ricas en vitamina C y antioxidantes como fenoles, flavonoides y fitoquímicos, los cuales protegen contra el daño oxidativo e inhiben la formación de carcinógenos. Algunos micronutrientes presentes en frutas y vegetales han mostrado ser protectores contra el cáncer. Así, por ejemplo, los folatos que protegen contra los cánceres de esófago y colorrectal, los carotenoides contra tumores de boca, faringe y laringe y pulmón, los betacarotenos y vitamina C contra el cáncer de esófago y los licopenos y el selenio contra el cáncer de próstata.
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Sedentarismo: la actividad física protege de forma convincente contra el cáncer colorrectal y de forma probable con el cáncer de mama posmenopáusico y en el cáncer de endometrio. Los mecanismos involucrados que explicarían esta protección incluirían el efecto beneficioso de la actividad física sobre la grasa corporal, los efectos sobre el metabolismo de las hormonas esteroides y sobre el sistema inmune.
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Tabaco: el tabaco participa como agente causal en el cáncer de pulmón, cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago, cuello de útero, vejiga, riñón, páncreas y próstata, además de la leucemia mieloide aguda. Se estima que el efecto carcinógeno del tabaco se asocia al 16-40% de los casos de cáncer en general.
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Consumo elevado de alcohol: el consumo de bebidas alcohólicas es causa de aparición de cánceres de diferentes localizaciones: boca, faringe y laringe, esófago, colorrectal, hígado y mama. El alcohol contiene metabolitos reactivos como el acetaldehído que pueden ser carcinogénicos.
Durante 3 años estuve acompañando a una mujer de 64 años con cáncer colorrectal en etapa IV. Al analizar las causas de su enfermedad, eran bastante evidentes, ya que ella consumía carnes rojas con frecuencia, era totalmente sedentaria, consumía pocas frutas y vegetales y además consumía alcohol con frecuencia. El primer paso en la consulta nutricional fue cambiar su alimentación, aumentando el consumo de agua, suprimiendo en consumo de alcohol, aumentando el consumo de fibra, suprimiendo las carnes rojas de la dieta y, sobre todo, el incentivo para realizar actividad física. Además, fue necesario trabajar en conjunto con un Psicólogo por el impacto emocional que acompaña a esta enfermedad. Tras varios meses de tratamiento nutricional, sus parámetros bioquímicos mejoraron considerablemente.
Recomendaciones para prevenir el cáncer
- Preocúpate de mantener un peso saludable a lo largo de la vida.
- Adopta un estilo de vida físicamente activo.
- Aumenta el consumo de frutas y verduras.
- Limita el consumo de alimentos de alta densidad energética.
- Evita el consumo de bebidas azucaradas.
- Consume sobre todo alimentos de origen vegetal.
- Limita la ingesta de carnes rojas.
- Limita el consumo de bebidas alcohólicas.
- Limita el consumo de sal.
- Visitar constantemente al profesional Nutricionista para una evaluación del estado nutricional y analizar los hábitos alimentarios.
La nutrición además de jugar un rol fundamental en la prevención del cáncer, cada vez adquiere una mayor relevancia después del diagnóstico del cáncer. Alrededor del 30% de los casos de cáncer que ocurren en la actualidad se deben a malos hábitos alimentarios y de actividad física, siendo los factores nutricionales la segunda causa de cáncer después del consumo de tabaco.
Por lo tanto, existe evidencia científica en relación a la importancia de la alimentación como factor de riesgo o protector de los distintos tipos de cáncer y debemos considerar que el cáncer es en gran medida prevenible.
Recuerda que es muy importante visitar a los profesionales Nutricionistas ya que te ayudarán a reducir o eliminar la exposición a los factores que causan cáncer, enseñándote hábitos saludables y así poder prevenir la aparición de cualquier tipo de cáncer.
De la mano con un nutricionista profesional podrás elaborar los planes más saludables y adecuados a tus necesidades, incluso si quieres darle un cambio radical a tu alimentación, por ejemplo, y comenzar una dieta vegana.
Siempre es posible cambiar nuestros hábitos y mejorar nuestra nutrición para cuidar nuestra salud física y emocional.