Alma Bueno
Psicología
Sábado 13 de diciembre de 2025
Durante la temporada de fiestas es común que nuestro ritmo emocional, social y alimentario cambie. La Psicología de la Alimentación nos ayuda a entender por qué a veces comemos más de lo que nuestro cuerpo necesita y cómo nuestras emociones influyen en estos comportamientos.
¿Qué es la Psicología de la Alimentación y cómo influye en lo que comemos?
Seguramente has vivido este escenario. Empiezas un plan para comer de manera más equilibrada, te llenas de motivación y al poco tiempo notas que estás comiendo más de lo que esperabas. En temporada de fiestas este patrón suele intensificarse por reuniones, emociones más activas, recuerdos familiares o la sensación de que “es una ocasión especial”. Entonces surge la pregunta: ¿qué me está pasando?
La Psicología de la Alimentación parte de una idea fundamental. Las personas no comemos solo con el cuerpo. Comemos también con nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestra historia personal. Por eso, nuestra relación con la comida no es solo nutricional sino también emocional y simbólica.
Esta mirada reconoce que cada persona está conformada por diferentes esferas cuerpo, mente, emociones y dimensión espiritual. Cuando solo nos enfocamos en “qué comer” y no en lo que sentimos mientras comemos, el proceso se vuelve incompleto. Por eso, esta área del conocimiento invita a observar quiénes somos como comedores, cómo nos relacionamos con la comida y qué nos pasa internamente cuando comemos más, comemos menos o comemos sin hambre.
En época de fiestas pueden aparecer varios factores que influyen en cómo comemos.
Expectativa social
Las celebraciones giran alrededor de mesas llenas y momentos compartidos. Comer se convierte en parte del ritual.
Emociones activas
Alegría, nostalgia, estrés por fin de año, cansancio acumulado. Todo esto influye en el apetito.
Sensación de permiso
Pensamientos como “es diciembre, luego me organizo” pueden llevarnos a excedernos sin darnos cuenta.
Desconexión corporal
En esta época solemos estar más acelerados o distraídos, lo que dificulta escuchar las señales reales de saciedad.
La Psicología de la Alimentación propone observar estos momentos con curiosidad y sin juicio. Más que controlar, se trata de comprender. Esta comprensión nos permite hacer cambios más sostenibles y respetuosos con nuestro bienestar.
¿Qué herramientas pueden ayudarte a mejorar tu relación con la comida durante las fiestas?
La Psicología de la Alimentación integra hábitos que fortalecen la autocompasión, la escucha corporal y el diálogo interno amable. En época de fiestas estos recursos se vuelven especialmente valiosos, ya que nos permiten poner límites sanos, disfrutar con conciencia y evitar la culpa después de comer.
A continuación encontrarás herramientas sencillas y prácticas que puedes incorporar.
Escribir una carta amable para ti
Escribir desde una mirada comprensiva ayuda a suavizar la autocrítica que aparece cuando sientes que te excediste. Esta carta no busca justificar sino acompañar. Puedes incluir frases que ofrezcan apoyo y reconocimiento de tus esfuerzos.
Visualizaciones y meditaciones breves
Imaginar a alguien que te transmite calidez o apoyo puede ayudarte a tranquilizar tu diálogo interno. También puedes visualizar un momento del día donde te sientas en equilibrio para recordarte cómo se siente habitar la calma.
Afirmaciones que transformen el diálogo interno
Frases simples como “puedo elegir con calma”, “mi cuerpo merece amabilidad” o “escucharé lo que necesito” ayudan a frenar pensamientos de juicio y a conectar con decisiones más conscientes.
Autoabrazos
Colocar tus manos sobre tus brazos o tu pecho genera una sensación de alivio físico y emocional. Esta práctica reduce tensión y te ayuda a volver a ti cuando te sientes incómoda o culpable por lo que comiste.
Comienza ya.
En Opción Yo podemos acompañarte en tu camino hacia un bienestar emocional más amable y consciente.
Hablar con un especialista¿Cómo aplicar estas herramientas en situaciones reales?
La historia de Laura ilustra muy bien el impacto del diálogo interno en nuestras acciones. Laura es profesora y, aunque tiene logros importantes, con frecuencia duda de sus capacidades. Su tendencia a la autocrítica le afectaba tanto en su trabajo como en sus relaciones. Cuando olvidó el cumpleaños de una amiga cercana, pasó varios días castigándose por ese error. Frases como “soy insuficiente” y “no merezco tener amigos” se repetían en su mente, generando culpa y ansiedad.
Durante su proceso de acompañamiento emocional pudo identificar estos pensamientos y reconocer que jamás juzgaría tan duramente a alguien que quiere. A partir de esto comenzó a hablarse con más amabilidad, especialmente en momentos de error. Una de las prácticas más valiosas fue escribir una carta para sí misma, reconociendo sus dificultades y ofreciendo apoyo. Con el tiempo, desarrolló una voz interna más amable. Esto le permitió enfrentar sus desafíos con más confianza y disminuir el impacto de la autocrítica en su bienestar.
En época de fiestas, historias como la de Laura se vuelven frecuentes. Muchas personas sienten culpa por “haber comido de más”, por romper rutinas o por no cumplir expectativas. La clave está en recordarte que tu valor no depende de lo que comes ni de cuánta perfección mantengas. La autocompasión hace que los momentos difíciles se vuelvan más manejables y te ayuda a tratarte como tratarías a alguien que aprecias.
Prácticas clave para acompañarte mejor durante las fiestas
Estas ideas pueden ayudarte a tener una relación más consciente con la comida en esta temporada:
Observa tus señales internas
Haz una pausa antes de comer para identificar si sientes hambre física, antojo emocional o cansancio.
Practica la atención plena
Comer despacio, notar sabores y registrar cómo se siente tu cuerpo te ayuda a conectar con la saciedad.
Habla contigo con respeto
Si sientes que comiste más de lo que querías, evita frases duras. Elige palabras que te acompañen y no que te castiguen.
Integra pequeños momentos de calma
Unos segundos de respiración profunda antes de servir tu plato pueden cambiar toda la experiencia.
Recuerda que la comida también es vínculo
Las fiestas son época de compartir. Comer no es un castigo ni una prueba. Es parte de la conexión humana.
La temporada de fiestas puede despertar emociones intensas y hábitos alimentarios distintos. No se trata de evitar estos momentos, sino de acompañarte de forma más consciente. La Psicología de la Alimentación te recuerda que tu relación con la comida es un reflejo de tu relación contigo. Hablarte con respeto, escucharte con paciencia y reconocerte con cariño puede transformar la manera en que vives esta etapa del año. Mereces disfrutar, mereces calma y mereces un diálogo interno que te acompañe y no que te lastime.