Yael Goldmann
Lunes 8 de septiembre de 2025
Perseguir la perfección puede sonar inspirador, pero en la práctica suele convertirse en una trampa. Esa exigencia constante nos paraliza, nos hace dudar y nos roba la alegría de lo cotidiano. ¿Y si en lugar de buscar lo inalcanzable, aprendieras a disfrutar de lo suficiente, de lo humano, de lo posible?
¿Qué significa vivir esperando lo perfecto?
Querer lo mejor no está mal. El problema surge cuando todo debe ser impecable: el trabajo ideal, la pareja ideal, la casa sin una mancha… Mientras esperas que todo encaje, la vida pasa de largo.
La perfección es cambiante: cuando crees alcanzarla, ya tiene otro rostro. Y esa carrera interminable agota, frustra y deja un vacío. Quizás no se trata de esperar a que todo esté perfecto, sino de empezar a vivir con lo que hoy tienes frente a ti.
¿Cómo transformar la exigencia en satisfacción?
Aceptar que lo perfecto no existe no es renunciar, es liberarse.
Está bien ser principiante. Está bien avanzar a tu propio ritmo. Lo suficientemente bueno muchas veces vale más que lo perfecto, porque te da espacio para crear, probar y equivocarte sin miedo.
Algunas claves:
- Atrévete a probar. Haz pequeños cambios y míralos como ensayos de vida.
- Celebra lo que ya lograste. No necesitas aplausos para reconocer tu valor.
- Sé paciente contigo. Crecer no significa correr, sino sostener el paso.
La satisfacción nace cuando decides amarte por lo que eres, no por lo que “deberías ser”. Ahí descubres que lo humano es valioso y lo perfecto innecesario.
Conclusión
Perseguir la perfección es correr una carrera sin meta. En cambio, abrazar lo suficiente te permite vivir de forma más auténtica, real y libre. No se trata de dejar tus sueños, sino de avanzar hacia ellos con conciencia y constancia. La verdadera satisfacción está en lo simple: en ser paciente, en ser humano, en elegir avanzar, aunque no sea perfecto.
Frases que te podrían motivar
✨ Lo real supera lo perfecto
✨ Avanza, aunque no sea ideal
✨ Abraza tu versión suficiente