¿Alimentación consciente o inconsciente? Tips basados en la neurociencia para mejorar tus hábitos alimenticios

La alimentación es el motor de nuestras vidas, la nafta para hacer todo lo que deseamos. Lo que comemos y cómo lo hacemos está influenciado por nuestra historia, nuestra crianza, cultura y hasta nuestra sociedad en general permitiendo que el acto de comer esté estrechamente relacionado con nuestra actitud, nuestro entorno y con nuestro ser.

Cuando hablamos de alimentación consciente, ¿A qué nos referimos?

Conocida en inglés como Mindful Eating, la alimentación consciente deriva de las prácticas orientales del Mindfulness ,en nuestras tierras occidentales son aplicadas por la neurociencia para entrenar la mente y para el caso específico que nos compete: mejorar nuestra relación con la comida, enseñándonos a gestionar emociones, reacciones, actitudes y pensamientos que giran en torno al acto de comer. O como el título muestra y me gusta denominarlo: nos ayuda a reaprender a comer. 

La práctica de la alimentación consciente nos permite:

  • Prestar atención al momento presente, sin juicios, en el aquí y el ahora. No me preocupo por lo que comí ayer, sí estuvo bien o mal ni tampoco me preocupo por lo que comeré mañana.
     
  • Ser consciente de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones.
     
  • Liberarnos de patrones reactivos de conducta y de pensamiento, que pueden ser negativos. Por ejemplo: sensación de culpa después de haber consumido tal o cual alimentos que he catalogado como malo o prohibido. 
     
  • Experimentar sensaciones de autocuidado y compasión cuando involucramos todos los sentidos a la hora de comer. 
     
  • Identificar cuando lo que sentimos es hambre real o emocional.
     
  • Darnos cuenta de que logramos la saciedad con menos comida.

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¿Te gustaría reconectar con tu forma de comer desde el autocuidado y la conciencia?

Descubre cómo empezar

¿Cuáles son las acciones que nos permiten poner en práctica la alimentación consciente?

Te mostraremos una lista de ellas, toma nota.

  • Tómate tu tiempo: trozos pequeños de alimento, masticando cada bocado con placer. Mientras más tiempo nos tardemos, menos alimento ingerimos y sentimos saciedad oportuna. 
     
  • Come sentado y sin distracciones: evita comer de pie, con afán. Apaga la TV, pon de lado el celular. Al concentrarnos en lo que comemos evitamos comer demás. Haz de tu mesa un lugar lindo y atractivo, usa tu vajilla y cubiertos favoritos, practica la buena atención para ti.
     
  • Usa los 5 sentidos: observa tu plato detenidamente, degusta tu plato masticando despacio y respirando profundamente, disfruta distintas texturas, colores y sabores; escucha tu entorno, busca que sea placentero. 
     
  • Nutre tu cuerpo y espíritu: incluye alimentos de todos los grupos, logrando platillos variados y atractivos que aporten todos los nutrientes que necesitas. 
     
  • Escucha tu cuerpo: no comas si no tienes hambre. Comer por inercia es lo contrario a prestar atención a la conciencia. 
     
  • Respira profundamente y toma conciencia de tus emociones y sensaciones mientras comes. 

Conclusión

La alimentación consciente no es una dieta, es un estilo de vida completamente inclusivo, que no distingue cuerpos, tallas, composición corporal, géneros, culturas, costumbres. La alimentación consciente es una filosofía, en la cual todos merecemos tratarnos con respeto, admiración y cuidado. Y lo que siempre digo: la alimentación es un acto de amor hacia nosotros mismos. 

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¿Alguna vez te has preguntado cómo te relacionas con la comida?

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