Ana María Vernet
Psicología
Martes 13 de abril de 2021
El trabajo y/o el estudio a distancia no es algo nuevo, esto se remonta a los años 60 y 70, sin embargo ¿cuál es la novedad actual? La novedad es que en el contexto actual de una pandemia, no es nuestra elección, es obligatorio. No lo escogimos y no hay otra opción, pues pesa sobre nosotros el temor a enfermarnos y contraer un virus que puede resultar letal.
¿Cómo podemos apoyar a nuestros adolescentes con las clases a distancia?
Ante esta situación que nos afecta a todos en las distintas áreas de nuestras vidas, nos encontramos con un tema controversial, ¿Cómo seguir los estudios de niños y adolescentes a distancia? ¿Cómo podemos acompañarlos a que no pierdan años escolares? ¿A que se gradúen? ¿A que no abandonen los estudios? ¿Cómo evitamos la deserción escolar?
El adolescente es un sujeto en transición, se encuentra en ese proceso que lo llevará a transformarse de un niño a un joven adulto. Esta transición involucra evidentemente crecer, lo que en muchas circunstancias puede doler. Crecer es aprender a tomar decisiones asumiendo las responsabilidades de nuestros actos, es tomar distancia de los padres para poder generar autonomía, poder deliberar dentro de su cabeza, sobre lo que es bueno y lo que no de cada cosa que hasta ese momento le han enseñado. Es tomar toda la información recibida y convertirla en identificaciones autónomas.
En la adolescencia se cuestiona todo lo que dicen los padres o los maestros, se empieza a dejar de seguir al pie de la letra las instrucciones u opiniones de los mismo, puesto que empiezan a pasar sus ideas por su propio tamiz. Es un momento para construir conceptos propios, por lo que, comienzan a cuestionarse: ¿para qué sirve esto o lo otro? ¿de qué sirven los valores, el esfuerzo, los estudios?, y así van cuestionando todo.
Es tiempo de analizar y construir respuestas basadas en el rasgo individual de cada chico y los cimientos que le haya proporcionado su familia, para, de esta manera, poder dar respuesta a los significados de hombre, mujer, pareja, vida, futuro, muerte o aquellos otros términos propios de su cultura y momento histórico.
Ante este panorama, ya complejo, y unido a la actual situación de confinamiento, a la que todos estamos sometidos, el adolescente debe seguir adelante sin lo que para él es de mayor importancia a esta edad, es decir, los amigos y compañeros.
Esta circunstancia detuvo las situaciones sociales, y dejó en suspenso a las tan esperadas relaciones interpersonales, las risas con los compañeros, los abrazos, los juegos y hasta las bromas y tremenduras, pues tal y como lo leen, eso también les hace falta a los adolescentes.
Como padres y responsables del adolescente, está en nosotros proveer de soluciones y respuestas adecuadas a su entorno. Acompañarlo sin que pierda su proceso de autodescubrimiento en este contexto es indispensable, y aun en los peores escenarios, es posible con el apoyo profesional adecuado.
¿Qué consecuencias puede tener el aislamiento social para nuestros hijos?
Hace unas semanas tuve la oportunidad de acompañar a una joven en todo este nuevo proceso, ella expresaba no sólo la necesidad de encontrarse con sus amigos, si no la de estar en un salón de clases y hacer una que otra broma delante del profesor, extrañaba escuchar las risas de la clase.
Los compañeros, amigos y grupos de referencia, ayudan a construir parte de nuestra personalidad, pero ¿qué pasa si no está presente el proceso de socialización?
Algunas formas en que esta situación afecta a los jóvenes:
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Síntomas de ansiedad
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Ataques de pánico
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Tristeza
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Desánimo
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Disforia y desesperanza
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Incluso actos lascivos e ideación suicida.
A pesar de lo anterior, pareciera que la vida debe continuar, claro que debe continuar, pero no siempre es fácil, no en fácil un cambio radical de dinámicas, no es tan fácil comprender que esto se está convirtiendo en la nueva realidad. Tanto padres como maestros están dispuestos a que la educación académica continúe, a pesar de todas las circunstancias propias de la situación actual, pero los adolescentes no están tan receptivos a los cambios en su dinámica de estudio..
Por todo lo mencionado anteriormente, quiero darte a ti, como padre, algunos tips que quizás te ayuden a manejar de forma asertiva, la realidad educativa actual y a tu pequeño gran ser humano.
Tips para padres: facilitemos el proceso para los adolescentes.
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Es fundamental estar pendiente de cambios o apariciones de síntomas emocionales y psicológicos. Como padres es importante que observen a sus hijos, que detallen su comportamiento, si existe o no algún cambio en sus hábitos y también se pregunten ¿cómo es su alimentación actual? ¿sigue siendo igual? observaste que se le ha comenzado a caer el cabello ¿por qué será? ¿acaso lo ves muy estresado? ¿Duerme más o menos de lo habitual? ¿últimamente te dijo alguna que otra mentira? ¿crees que se encuentra más irritable de lo normal? o ¿lo notas más angustiado? ¿ha presentado ataques de pánico?
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Visualiza por un momento a tu hijo y piensa en lo que suele hacer en un día común, el tiempo que pasa durmiendo o acostado sin motivación, el tiempo que invierte en las redes sociales y con quien se está comunicando.
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Por último, chequea cuánto tiempo inviertes en tu hijo, en acompañarlo. Te invito a que te sientes a conversar con él, pero no en forma de interrogatorio, sino más bien desde la escucha, desde el rol de la compresión, tal vez necesita de ti más de lo que puede expresar.
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Es ideal que ubiquen juntos un espacio cómodo y fijo para la realización de las tareas y el estudio; el tiempo de estudio debe estar dividido en pequeños bloques diarios que le permitan estar haciendo algo cada día, sin necesidad de atrasarse o embotarse mentalmente.
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Es importante que, en la organización del tiempo, consideran que debe haber espacio para todo, incluyendo la diversión y el ocio, por lo que el uso de calendarios, organizadores o distribuidores de tarea puede ser una buena opción para establecer los quehaceres del día, los deberes de la semana, el mes y el lapso. Particularmente considero que disponer clara y visualmente de la programación les ayuda a organizarse mejor.
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El joven debe priorizar los días de realización y entrega de actividades y evaluaciones, además de favorecer aquellas materias que le son más difíciles, que menos le gusten o le tome más tiempo de ejecución. Es decir que, si de antemano sé que me cuestan más las matemáticas y tengo un examen este jueves, pero también debo entregar un mapa para geografía, que no solo me gusta, sino que además me parece más sencillo, debo dedicar mi tiempo más productivo a estudiar para el examen de matemáticas y luego realizar la actividad de geografía.
Es normal que, te preguntes ¿qué pasa con los espacios de clases? Durante este tiempo de cuarentena, algunas instituciones educativas le están proporcionando a sus estudiantes, por ahora, dos modalidades de clase, una de forma sincrónica y la otra de manera asincrónica.
Entre padres, pueden ayudarse y de esta manera apoyar a sus hijos. Afiancen las redes sociales, humanas, familiares y de amistad, creen grupos de padres, designen un delegado e infórmense de situaciones irregulares que puedan estar sucediendo. Muchas veces los pares, hasta para nosotros los adultos, son un buen apoyo y puede ser de utilidad lo que el otro hace o propone, puede haber más efectividad y eficiencia, ahorro de esfuerzo cuando creamos sinergias.
Como padre acompañe a sus hijos frente a todas las situaciones, hágale saber que cuenta con usted para apoyarlo. Esto no significa que hará por él sus deberes y obligaciones, pero sí que puede acompañarlo a entender un tema que se le ha dificultado mucho y por ende lleva atrasado.
Es importante buscar alternativas de motivación. La comunicación constante con el grupo familiar es la clave para evitar circunstancias no deseadas. Sin embargo, intente que la plática con su hijo no sea únicamente relacionada con lo académico, busque espacios de encuentro, temas en común, juegos en familia, busque un intermedio entre las actividades escolares y los espacios de ocio absoluto. Anímelo a probar algo nuevo que pueda hacer desde casa.
Este confinamiento, brinda la oportunidad de transmitir y aportar conocimientos nuevos y trascendentes de vida, valores, asimismo la importancia del ser gregario para aprender otras formas de ejercitar nuestro cuerpo y mente a través del baile, estiramientos, yoga, hacer consciente la respiración y ejercicios mindfulness, para la relajación, para la contemplación. Aprovechen de realizar reuniones familiares y amistosas por video llamadas.
Aceptemos que se están aprendiendo nuevas cosas invalorables y que eso no estaba sucediendo antes. No debemos asumir que la responsabilidad de cumplir tareas está en manos de los padres, así evitamos el círculo donde la vida se nos agota solamente en el tema académico.
Por último, percatarnos que estamos viviendo momentos inéditos, pero hay que sacarle provecho, mejorar nuestras relaciones familiares, compartir comidas, practicar la tolerancia, jugar juntos y aprender nuevas cosas.
Toca también prepararnos para esos nuevos encuentros, para coexistir con mi compañero solitario, las nuevas fiestas, los inventos, el uso de cosas que nos hacen daño, otras formas de llevar adelante gestos de solidaridad con nuestro semejante que tanto extrañamos, educarnos en la protección de la naturaleza y más.
Transforma este momento en único y aprovecha al máximo esta oportunidad que nos brinda la vida. Estos tiempos son retadores, pero es de los grandes retos de donde surgen los mayores logros.
No te desanimes y si se pone cuesta arriba recuerda que aquí estaremos para ayudarte. Tú tienes la mejor materia prima y nosotros conocimiento y experiencia, somos un equipo ganador.