¿Qué beneficios ofrece ser parte de una comunidad de acompañamiento?

Las penas, los conflictos y los obstáculos forman parte de la vida de toda persona, sin embargo, a veces la pena pesa mucho y se hace cada vez más difícil seguir el camino, por eso es tan importante tener contención, y es que el apoyo se puede transformar en alivio.

¿Cómo saber si necesitas ir a terapia?

Realizar terapia es una forma de atender el cuidado emocional.

Toda persona puede beneficiarse de realizar terapia ya que mantiene el bienestar, incrementa la fuerza emocional y en general ayuda a una correcta toma de decisiones, sin embargo, cuando una persona atraviesa algún tipo de conflicto o malestar emocional, se vuelve imprescindible asistir a terapia.

En rasgos generales, una persona debe asistir a terapia cuando enfrenta conflictos que le impiden el desarrollo de su vida cotidiana.

Motivos para asistir a terapia con un psicólogo

• Dificultades personales.

• Dificultad para relacionarse con otros.

• Enfrentar una situación dolorosa como un duelo o una enfermedad.

• Deseo de cambiar.

Cualquier motivo para asistir a terapia es válido, ya sea que quieras tratar un malestar o que sólo quieras darle continuidad a tu bienestar.

Señales de que debes ir a terapia con un psicólogo

• Estás ante un proceso de duelo.

El duelo es un proceso complejo y todos, en algún momento, debemos enfrentarlo, y aunque en ocasiones podría parecer que pasará con el tiempo o que se disipará sólo, la realidad es que siempre lo más recomendable será afrontarlo con apoyo profesional.

• Malestar físico recurrente.

Si tienes dolor de cabeza o de estómago de manera recurrente, si tienes las defensas bajas, falta de energía, estrés, falta de apetito, resfríos frecuentes o incluso disminución del apetito sexual, y nada de esto tiene alguna explicación médica, es posible que estés experimentando cómo tus problemas emocionales se somatizan en tu cuerpo.

• Tus familiares y amigos están preocupados por ti.

Si tus familiares o amigos han manifestado su preocupación por tu estado emocional, quizás sea hora de tomar su opinión en cuenta. Las personas que nos rodean son las que mejor te conocen y pueden detectar las señales que para ti son desapercibidas. 

• Has sufrido algún tipo de trauma.

Aunque todos tenemos dificultades en la vida, a veces ocurren eventos muy fuertes, trascendentales, que dejan una herida profunda, y en estos casos es crucial contar con apoyo profesional.

• Tus relaciones están en problemas.

Si tus relaciones personales o profesionales están en problemas, puede ser una clara señal de necesitar apoyo psicológico, ya que las relaciones son un reflejo de tus propias circunstancias emocionales. 

• Te sientes desconectado.

Si ya no sientes satisfacción con las actividades que solías disfrutar, como visitar tus lugares predilectos, ver a tus amigos o familiares, realizar deporte o algún juego, y tienes una sensación generalizada de desgana, la terapia con un psicólogo te ayudará a conectarte de nuevo con tus emociones y encontrarle el sentido a las cosas.

• Nada funciona.

Si has intentado encontrar consuelo en vano, quizás sea hora de buscar apoyo profesional.

Si presentas alguna de estas señales, lo más recomendable es que busques apoyo psicológico.

Puedes realizar terapia individual o unirte a una terapia grupal.

Al ser parte de un grupo de apoyo podrás conectar con personas que están enfrentando las mismas situaciones que tú y encontrarás un espacio seguro para expresarte sin miedo. 

Cuando la pena se hace tan pesada, sólo compartiéndola podemos seguir el camino.

¿Qué son las comunidades de acompañamiento?

Realizar terapia es fundamental para tu bienestar, ya sea terapia individual o grupal, sin embargo, las sesiones grupales tienen ciertas características particulares que vale la pena explorar.

La licenciada en psicología de OpciónYO Mary Carmen Oliveira profundiza sobre este tema.

Una comunidad de acompañamiento está conformada por un conjunto de personas que tienen situaciones en común y que, periódicamente, se reúnen para conversar acerca de ellas, escucharse mutuamente, compartir sus experiencias y afrontar las vicisitudes que en ocasiones nos trae la vida cotidiana.

Cualquier persona puede formar parte de esta comunidad, lo más importante es el respeto hacia los demás miembros y el deseo de compartir, aprender y crecer todos juntos, cada uno a su ritmo.

El objetivo de este tipo de comunidades es brindar seguridad, apoyo, encontrar consuelo y conectar con otras personas que han vivido situaciones similares a las propias para dejar de seguir luchando solos hacia el bienestar.

Quiero compartirles mi experiencia profesional ante la oportunidad de dirigir una comunidad de acompañamiento.

En esta comunidad en particular compartimos un duelo en común: haber dejado nuestro país de origen. La migración nos trae nuevos aprendizajes y nuevas experiencias, pero también nos deja algunas pérdidas que son recomendables elaborar.

A veces transitamos por el estrés de acoplarnos a otras culturas y cada uno de nosotros usa estrategias de aculturación más o menos exitosas. En nuestra comunidad de Venezolanos por el mundo, las conoceremos y aprenderemos a ajustarnos con la que nos sea más favorable y nos brinde una mejor adaptación a nuestra realidad actual.

Esta comunidad es un espacio seguro para la expresión de nuestros sentimientos más íntimos, nuestros miedos, fantasías y pensamientos. Es nuestro espacio seguro porque está repleto de respeto y porque está blindado de confidencialidad. También porque cuenta con un profesional de la salud mental que sabrá qué hacer con los sentimientos que allí se despierten, siendo catalizador hacia el bienestar grupal e individual de los participantes.

Intentaremos elaborar y resignificar el hecho de vivir en otro lugar, lo cual no quiere decir que dejaremos de extrañar nuestras raíces, sino que aprenderemos a reconocer lo que hemos ganado y perdido con el cambio que nos trajo la migración. Sabremos hacer un balance y lograremos amarnos, desde la consciencia, en nuestra nueva versión. 

Entenderemos también que las cosas son reversibles, y que, aunque luchamos para ir hacia lo mejor, es fácil equivocarse y si eso pasa, los errores pueden ser remediados.

La base de nuestro grupo es: ayudando a otros me ayudo a mí mismo, y es que “siempre hay un eco de mi padecimiento en el padecer ajeno. Es así como esta ajenidad se entrelaza con lo propio y muchos ajenos dejamos de serlo y hacemos red. Red en la que podemos dejarnos caer sin miedo. Esa es la terapia grupal”. (Adriana Honig)

Para mí es importante este grupo porque también me permitirá elaborar a través de las experiencias de los otros miembros, mis propias pérdidas al dejar mi país, mis propias ganancias al radicarme en mi país de acogida; me ayudará a repasar cómo los cambios de idioma, clima y cultura han hecho de mí una versión distinta a la que también amo y admiro.

Este grupo es una oportunidad de inventariar mis aprendizajes, mis nuevas reflexiones, mis nuevos pensamientos y sentimientos y me ayudará a integrar las dos hermosas Venezuela que viven continuamente en mi cabeza: aquella hermosa Venezuela que existe en mis recuerdos y aquella aún más espectacular que existe en mi esperanza de un futuro mejor.

Los espero. Feliz grupo.