Miércoles 22 de diciembre de 2021
La pandemia por Covid-19 nos ha afectado a todos de distintas maneras, pero ¿cómo fue vivirlo desde las filas de atención médica? En este artículo compartiremos el testimonio de una heroína: una enfermera venezolana que luchó contra esta pandemia en un hospital de Londres y que terminó con sus defensas tan mermadas que se encontró sumida en una terrible depresión.
¿Cómo fue luchar contra el Covid-19 desde las filas de atención médica?
Ha comenzado diciembre y justamente se cumplen 2 años desde que aparecieron los primeros casos de Covid-19 y aunque las vacunas han sido un rayo de esperanza, la verdad es que ahora el mundo mira con preocupación la nueva variante que se identificó en Sudáfrica, la ómicron.
Esta pandemia ha sido muy compleja, dolorosa y atemorizante, a todos nos ha tocado de distintas maneras, para conocer su cara más real, compartiremos el testimonio de una paciente de OpciónYO que se enfrentó al Covid-19 de todas las formas posibles y sobrevivió para inspirarnos con su resiliencia.
A continuación el testimonio de una paciente de OpciónYO que ha querido compartir su experiencia con nosotros. Se omitirán ciertos detalles para proteger su identidad.
Nací y crecí entre las paradisíacas playas de Venezuela, pero estudié la carrera de enfermería en la capital y dada la precaria situación del país, decidí migrar para buscar mejores oportunidades para mí y mi familia.
Cuando la pandemia estalló yo me encontraba trabajando como enfermera intensivista en Londres y después del año me enfermé de depresión.
Dos de mis familiares fallecieron por Covid-19 en Venezuela, no pude ir a despedirme, tenía mucha presión en la unidad de cuidados intensivos, estaba asustada, mi esposa perdió su trabajo y la gente fallecía a mi alrededor.
En ese tiempo de la pandemia vi más gente fallecer que en toda mi carrera como enfermera. La gente crea su propia opinión sobre la pandemia, sin embargo, no tienen idea de lo cruel y duro que puede ser.
El equipo multidisciplinario de salud tenían muy poco contacto con los pacientes infectados, por miedo al contagio y propagación de la enfermedad, la cual en los primeros meses era sumamente desconocida, así que éramos los enfermeros los que teníamos el contacto directo, día y noche de forma sostenida, y en ese proceso, al no haber más seres humanos alrededor además de uno y el paciente, te conviertes en su única conexión.
La conexión con el mundo exterior e incluso con su propia familia, así que además de todos los cuidados médicos que les daba a mis pacientes, también tenía esa tarea de conectarlos con su familia, en especial cuando estaban en estado crítico, así sea por medio de una videollamada, para que tuvieran la oportunidad de verse o de despedirse.
Uno termina en la posición del familiar, agarrando la mano del paciente, ayudándolos a luchar y a veces ayudándolos a despedirse, lo que dentro de la profesión tipificamos como 'el bien morir'.
Esa era mi realidad y la de muchos enfermeros durante la pandemia.
La pandemia por Covid-19 nos hizo enfrentarnos a situaciones para las que no estábamos preparados y en ese tipo de situaciones es muy fácil perder el rumbo y enfermar, como me ocurrió a mí, que tuve que enfrentar uno de los peores momentos de mi vida. Una depresión no debe tomarse a la ligera.
Por eso agradezco tanto la labor de OpciónYO y la profesional con la que trabajé, Mary Carmen Oliveira, porque me dieron apoyo cuando más lo necesitaba.
Se convirtieron en mi refugio.
¿Cómo fue luchar contra los estragos emocionales que causa la pandemia?
Para una persona que no está en el ámbito de la salud es fácil pensar que un enfermero está preparado para este tipo de situaciones, pero no es así, yo solo había experimentado el fallecimiento de dos pacientes en toda mi carrera y con la llegada del coronavirus todo eso cambió y muchos pacientes murieron.
Uno interioriza la pérdida. Tienes miedo. No es lo mismo leer sobre estas situaciones que enfrentarlas directamente a la cara.
Estás trabajando durante 14 horas al día, incluso a veces hasta más, te toma 1 hora ponerte todo el equipo de protección y quitártelo durante el día, cuando finalmente logras llegar a casa, es muy difícil desprenderte de todo, sobre todo en esos días de la pandemia, las calles desoladas, las noticias eran cada vez más alarmantes, llegabas a tu hogar y te invadía el miedo de contagiar a tu familia.
Así entré a depresión. Fue una depresión muy fuerte en la que pensé en atentar contra mi vida. No sé si lo saben, pero aquí en Inglaterra la enfermería es una de las profesiones con más índice de suicidio. La pandemia lo único que hizo fue empeorar un problema que ya vivíamos.
Entré al servicio de atención mental de Inglaterra, me dieron la baja y me mandaron a ver un especialista, no obstante la lista de espera era enorme y la atención privada era compleja porque todo estaba cerrado y nadie estaba atendiendo.
Yo no quería comer, tenía una gran apatía, dejé de cuidarme, no quería hacer nada, entonces era difícil que algo me cautivara, y por esa razón y porque la situación estaba muy amarga, empecé a ver comedia, veía comedia porque me sentía miserable y no había otra cosa que pudiera hacer. Así encontré el podcast de Erika De La Vega y encontré a OpcionYO.
Eso me pareció peculiar porque dentro del ambiente venezolano no se tiene mucha percepción de que la depresión existe. Siempre que escuchaba hablar a los comediantes venezolanos sobre depresión lo hacían a modo de chiste, sin embargo, en el podcast de Erika De La Vega lo hablaron de manera seria y eso me sorprendió.
De hecho, recuerdo que Erika dijo que ella había pasado por esa situación y habló de OpciónYO. Ahí fue cuando me dije “esto es lo que yo necesito”.
Lo contemplé como una salida. Revisé la página y observé que sí eran profesionales de psicología, con estudios en excelentes instituciones a nivel mundial y ofrecían ayuda. Eso era lo que yo necesitaba: ayuda.
OpciónYO es una plataforma online así que no tenía que moverme de mi casa. Hice el cuestionario de la página y la propia plataforma me recomendó un especialista que se ajustaba a mi perfil y las necesidades que tenía en ese momento.
Hay que desmitificar los problemas mentales, incluso las situaciones difíciles como las conductas a modificar.
El cerebro es un órgano igual que todos los demás órganos del cuerpo, que envejece, que se enferma, que a veces requiere medicamentos para recuperar el equilibrio, y esto lo manifiesto como profesional de la salud, el cerebro es maravilloso, es perfecto, trabaja con los equilibrios más exquisitos que pueda tener nuestro cuerpo.
Sin embargo, si se enferma y deja de producir algún neurotransmisor, por las causas que sean, envejecimiento, estrés (que tanto lesiona nuestro cerebro) y se rompe el equilibrio natural de nuestras funciones, debido a patrones nocivos que en gran parte se relacionan al estrés y alteran la química del cerebro, del órgano como tal, es cuando hay que aceptar el apoyo de un profesional para regularlo, manejarlo y aprender a cuidar de nosotros mismos.
De la mano de mi especialista en OpciónYO, sentí por vez primera el estar hablando con alguien que me estaba escuchando de verdad, que me estaba prestando atención y eso fue lo que me captó, pues creo fue el primer peldaño en la ruta de mi sanidad mental. Cuando hablé con Mary Carmen la sensación fue totalmente distinta a mis experiencias previas haciendo terapia. Quería volver a hablar con ella. Necesitaba destapar todo lo que tenía dentro. Necesitaba que alguien me mirara, me escuchara y me dijera “estoy aquí”.
De verdad que la primera sesión que tuve con Mary Carmen, yo estaba en la cama, llorando desecha y ahora puedo verlo en pasado. Me siento feliz de poder contar esto en tiempo pasado.