Redacción Opción Yo
Sábado 14 de junio de 2025
Convertirse en papá es una de las experiencias más transformadoras en la vida de un hombre. Sin embargo, a diferencia de otras responsabilidades importantes, ser padre no viene con un manual de instrucciones. ¿Qué significa ser un buen papá en el siglo XXI? ¿Cómo se puede estar presente de manera consciente, emocional y física para los hijos? Este artículo lo descubriremos
¿Qué significa ser un buen padre hoy en día?
La paternidad ha cambiado. Ser un buen padre ya no se limita a proveer económicamente. Hoy, implica involucrarse en la vida emocional de los hijos, construir vínculos seguros y participar activamente en su desarrollo. Según el psicólogo Daniel J. Siegel, autor de The Whole-Brain Child (2011), “los padres que conectan emocionalmente con sus hijos les dan las herramientas para desarrollar resiliencia, empatía y autorregulación”.
Un buen papá escucha, pone límites con afecto, enseña con el ejemplo y, sobre todo, está presente. Esto no implica perfección, sino autenticidad. La presencia afectiva constante más allá del cansancio o los errores es lo que genera confianza en los niños. No se trata de hacerlo todo bien, sino de demostrar que se está disponible, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
¿Por qué es importante contar con orientación profesional en el camino de la paternidad?
Aunque la sociedad espera que los padres “se las arreglen solos”, lo cierto es que criar a un hijo es un proceso complejo que involucra aspectos emocionales, físicos y sociales. En este sentido, tener espacios de conversación y reflexión con especialistas en salud y bienestar permite integrar recursos valiosos para afrontar los desafíos de la crianza.
Autores como Donald Winnicott, pediatra y psicoanalista, hablaban de la importancia de ser un “padre suficientemente bueno”, entendiendo que el rol no consiste en ser perfecto, sino en estar en constante construcción. Consultar con profesionales de la salud es una manera de cuidar también la salud emocional del padre. Estos espacios ofrecen perspectivas actualizadas, alivian la carga mental y abren caminos de crecimiento personal.
Además, participar en sesiones con especialistas puede mejorar la comunicación familiar, fortalecer el vínculo de pareja (cuando aplica) y generar mayor seguridad en el rol paterno. No se trata de mostrar debilidad, sino de cultivar fortaleza desde el conocimiento, la escucha y el autocuidado.
Conclusión
Ser papá no es una meta, es un camino. Un proceso lleno de preguntas, aprendizajes y decisiones. Lo importante no es tener todas las respuestas, sino construirlas en el día a día con amor, presencia y responsabilidad. Y en ese camino, apoyarse en profesionales de la salud y el bienestar no solo es recomendable, sino profundamente valioso. Porque al cuidarse, el padre también cuida a su familia.
Bibliografía:
- Siegel, D. J., & Bryson, T. P. (2011). The Whole-Brain Child: 12 Revolutionary Strategies to Nurture Your Child’s Developing Mind. Delacorte Press.
- Winnicott, D. W. (1965). The Maturational Processes and the Facilitating Environment. International Universities Press.
- Faber, A., & Mazlish, E. (2012). How to Talk So Kids Will Listen & Listen So Kids Will Talk. Scribner.
- Brooks, R., & Goldstein, S. (2001). Raising Resilient Children. McGraw-Hill.