Redacción Opción Yo
Viernes 15 de agosto de 2025
No todo se vale en el amor. Amar no significa perder tus límites ni dejar de lado tu bienestar. El amor sano se construye desde el respeto mutuo, el cuidado propio y la claridad para decir “hasta aquí” cuando algo te lastima. Amar también implica elegirte, proteger tu integridad y no confundir entrega con abandono de ti mismo.
Cuando amar significa también cuidarte
El amor puede ser un motor poderoso de felicidad y crecimiento, pero cuando damos sin medida, podemos llegar a perder partes esenciales de nosotros mismos. Muchas personas creen que amar es sacrificarse por completo, sin darse cuenta de que ese sacrificio puede convertirse en un abandono personal.
Poner límites no es cerrar el corazón, es mantenerlo a salvo. Por ejemplo:
- Si dejas tus proyectos personales en pausa para adaptarte siempre a la agenda del otro, corres el riesgo de perder motivación y sentido propio.
- Si aceptas comentarios que dañan tu autoestima “para no discutir”, terminas debilitando la confianza en ti mismo.
- Si renuncias a expresar lo que te molesta, acumulas resentimiento y distancia emocional.
Cuidarte mientras amas implica reconocer que tus necesidades son tan importantes como las de la otra persona. El respeto mutuo se construye cuando ambos reconocen sus límites y los cuidan activamente.
Confundir amor con falta de criterio
El miedo a perder a alguien puede llevarnos a aceptar situaciones que, en otro contexto, no toleraríamos. Lo preocupante es que esto muchas veces se disfraza de amor.
Algunos ejemplos frecuentes:
- Celos excesivos: se justifican como “prueba de amor”, cuando en realidad son un signo de inseguridad y control.
- Restricción de libertad: que tu pareja decida por ti o te aleje de amistades no es protección, es control.
- Críticas constantes: disfrazadas de “sinceridad” pero que desgastan tu autoestima y generan inseguridad.
Aceptar estas actitudes como parte normal del amor crea relaciones desequilibradas y dolorosas. Un vínculo sano necesita comunicación clara, acuerdos mutuos y respeto por la individualidad del otro.
Conclusión
Amar no debería implicar dejar de ser tú. Los límites no son barreras que separan, son marcos que protegen y permiten que el amor crezca en un terreno seguro. Un amor sano es aquel donde ambas personas pueden ser libres, auténticas y sentirse valoradas por quienes realmente son.
Si descubres que estás cruzando tus propios límites para sostener una relación, pregúntate: ¿esto que estoy aceptando me acerca o me aleja de la vida que quiero? La respuesta puede ser el primer paso para construir vínculos más respetuosos y conscientes.