Martes 22 de diciembre de 2020
Todas las personas tenemos una orientación o preferencia sexual pero la finalidad de una terapia jamás podría ser definir una orientación sexual. Lo que se podría lograr es asumir una orientación, que por algún motivo, no pudiera haber sido aceptada. También sirve para aprender a conocerse y poder vincularse más abiertamente a nivel familiar.
¿Qué es la orientación sexual?
La orientación sexual es un proceso que comienza en la niñez y tiene un segundo momento de reafirmación en la adolescencia. En mi experiencia profesional, las personas no necesitan ayuda para definir su orientación sexual. Lo que pueden necesitar es ayuda para poder identificar lo que les está pasando y poner en palabras eso que no saben bien qué es, ya que muchas veces pueden llegar a presentar trastornos de estrés, depresión o ansiedad.
Un segundo paso es entender que no hay elección alguna, al menos de manera consciente. La orientación sexual tanto como la identidad de género, no debieran ser patologizadas, sino entendidas como una de las tantas variantes que presentamos las personas.
En este sentido, la terapia brinda apoyo para identificar nuestras preferencias, trabajar los conflictos de autoaceptación y guiar la comunicación con la familia respecto a este tema.
Un poco sobre el cuerpo…
El desarrollo del cuerpo infantil alcanza la pubertad, que es la parte del crecimiento y desarrollo de una persona, y en esta etapa, aparecerán los llamados caracteres sexuales secundarios.
Estos caracteres, tradicionalmente se identificaban con solo dos de las posibilidades biológicas que se suponía que existen, varón o mujer.
Siendo el primero de ellos la definición correspondiente a la persona que presentaba genitales externos masculinos, a saber pene y escroto. Y la segunda, mujer, aquella persona que presentaba vulva.
En el caso de genitales ambiguos, se puede hablar de intersexualidad. Y es cuando las personas presentan genitales correspondientes a una y otra de las presentaciones previas con mayor o menor grado de desarrollo.
Durante mucho tiempo se realizaba una normalización genital que significaba, que sin preguntársele a la persona en cuestión, según parámetros médicos se les asignaba uno u otro género.
Hasta ese momento, sexo y género se tomaban como sinónimos.
A partir de ahí, podía darse que una persona se identificara o no con su sexo biológico dando lugar a lo que se conoce como personas transexuales o transgénero. Siendo la diferencia el haber optado o no por una operación de reasignación de sexo. A este grupo de personas se los denomina personas trans.
Por otro lado, las personas cisgénero o cis-sexuales, son aquellas que su sexo y su género no han permanecido sin cambios.
La orientación sexual, por otro lado, es la atracción afectiva y erótica hacia una persona o grupo de ellas. Pudiendo formar el abanico conocido como colectivo LGBTTTIQAP, a veces denominado LGBT+.
Cada letra corresponde a una orientación sexual diferente, lesbiana, gay, bisexual, travesti (término usado por el colectivo argentino), transexual, transgénero, intersexual, queer, asexual y pansexual. Como se puede observar la intersexualidad no es una orientación sexual, aunque en en algunos casos puede pensarse como una característica identitaria en sí misma.
En definitiva, de lo que estamos hablando es del cruce del cuerpo, el erotismo y el afecto, y cómo estas vertientes fluyen y se combinan para ofrecer distintas maneras de expresar el amor y el género.
Entender esto nos ayuda a alcanzar un estado de tranquilidad y armonía, no solo con nosotros mismos sino con nuestras familias, nuestro entorno y amigos, ya que la aceptación en el comienzo para una vida plena, y la terapia profesional es el camino para poder trabajar nuestras emociones y alcanzar esa plenitud.
¿Qué es lo que más ayuda a las personas cuando experimentan confusión en su orientación sexual?
Lo primero que suele ocurrirles a las personas es que comienzan a sentir afinidad o una cierta atracción hacia alguna persona en particular. Esto suele comenzar de manera más clara en la adolescencia, una vez finalizada la etapa de enamoramiento hacia las personas convivientes, generalmente padres o madres.
No olvidemos que la amistad tiene un cierto componente de atracción, pero des-sexualizado.
Cuando las personas comienzan a percibir que eso que sienten tiene características eróticas, pueden comenzar las preguntas por lo que está ocurriendo y esto puede despertar temores, angustia y ansiedad.
Comienzan las preguntas y las dudas. En algún momento incluso puede ocurrir que a la otra persona le esté pasando lo mismo y alguna de las dos partes en esa situación intente hablar y comunicarse, pero no se atreven, ya que en algunos casos, debido a cuestiones de índoles social, religiosa o familiar, se obstaculizan la posibilidad de acercarse a una persona del mismo sexo.
Solo se puede comenzar a pensar en la orientación sexual, cuando una persona logra identificar sensaciones afectivas y hacia quién van dirigidas.
La confusión no creo que sea lo fundamental, sino la imposibilidad de identificar qué es lo que me ocurre, y de qué manera pudo haber sido influenciado tanto por la educación, o cuestiones sociales y religiosas.
En muchos casos observamos que la educación tradicional puede ubicar a las personas en lugares relacionados con el sufrimiento por negar aquello que les está ocurriendo. Sentir que existe una orientación sexual que es mejor que otra es la definición de la heteronorma, que coloca la complementariedad entre hombres y mujeres como la única manera válida para expresar la orientación sexual.
Muchas de estas posturas se basan en que la finalidad de la sexualidad es estar al servicio de la procreación, lo cual deja de lado la cuestión relacionada con el placer inherente que las personas pudieran encontrar en una relación sexual y afectiva.
Recuerdo el caso de un hombre religioso, que estaba en pareja con otro hombre pero se veía afectado por terrores nocturnos, pesadillas y una gran dificultad para conciliar el sueño. El tratamiento logró despejar el contenido latente en esos sueños, y que el paciente lograra tener una vida afectiva y erótica más plena. Para eso fue necesario trabajar sobre preconceptos y valores tradicionales que consideraba inamovibles y no lo eran tanto.
La atención de pacientes adolescentes, trae un gran monto de sufrimiento y angustia cuando logran identificar cuestiones relacionadas con lo afectivo y la persona depositaria de ese afecto no es alguien del sexo opuesto. Hay casos donde los adolescentes comienzan a auto infligirse lesiones en distintas partes del cuerpo como modo de auto agresión. En un caso en particular, luego comenzar el tratamiento, empiezan a aparecer cuestiones relacionadas con el afecto y la posibilidad de sentirse diferentes, como una identificación positiva que no los deja ubicados en la soledad, sino en la singularidad y la autovaloración.
En el caso de otra paciente mujer, ella sufría muy fuertes episodios de ansiedad cuando se acercaban determinadas mujeres a hablar con ella. No lograba identificar el porqué de su ansiedad. Cuando llega a la consulta viene derivada por psiquiatría y medicada como paciente con ataque de pánico. Fue necesario intervenir para hacerle notar que no eran ataques de pánico sino, atracción erótica por esa mujer. Con el paso de las consultas, la paciente logra dejar la medicación y conformar una primera relación afectiva con una mujer de quien luego se separa. Pero queda claro que ella podía enamorarse tanto de hombres como de mujeres.
¿Cómo puedo comunicarle a mi familia mi orientación sexual?
Poder hablar y comunicarse con la familia de una forma sana debiera ser el objetivo fundamental de cualquier tratamiento psicológico, tratar de despejar las dudas que tanto unos como otros puedan tener.
En muchas oportunidades las familias tienen temor a lo que el resto de la familia, amigos o grupos sociales, pudieran opinar, como si eso fuera lo importante.
Trabajar fantasías y temores es fundamental para una buena comunicación familiar.
Explicarle a la familia que una persona no cambia por contar quién es o lo que siente, si no que una persona que puede sentirse orgullosa de ser quien es, tiene muchas más posibilidades de tener una vida personal, afectiva y sexual más relacionada con la autorrealización. Esto necesariamente mejora la autoestima y autovaloración de las personas, a la vez que permite proyecciones personales y laborales.
La orientación sexual es un tema para trabajar en terapia, no por la idea de definirla o corregirla, sino como una manera de proteger nuestra identidad y libertad, tú decides, ¿sufrir en silencio por lo que alguien pueda opinar, o intentar ser felices aceptando quienes somos?