Danara Cavalieri
ESPECIALISTA EN COACHING INTERNACIONAL. ÁREA DE ESTUDIOS: PSICOLOGÍA Y CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO.
Domingo 20 de diciembre de 2020
Para manejar la ansiedad debemos reconocer nuestras emociones, tener paciencia y buscar ayuda profesional. La ansiedad es un mecanismo de defensa que nos alerta en situaciones peligrosas pero ¿qué ocurre cuando esta sensación nos acompaña todos los días? ¿Qué pasa si nos impide desarrollar nuestra vida con normalidad? Comprender la ansiedad es clave para recuperar el control de tu vida.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una emoción abrumadora que nos llena de dudas, inseguridad y miedo, nos domina, absorbiendo todas nuestras energías, como si cayéramos en un pozo sin fin, pero no tiene que significar una sentencia, la ansiedad se puede tratar y podemos aprender a manejarla.
La ansiedad puede causar gran variedad de respuestas fisiológicas, como:
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Aumento de la frecuencia cardíaca.
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Estado de agitación respiratoria, hasta llegar en ocasiones a hiperventilación.
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Alta sudoración.
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Cansancio excesivos.
Tanto antes como después de presentarse el estado o ataque de ansiedad, los síntomas tienen una alta variedad dependiendo de la persona que lo presenta y del tipo de trastorno que se padezca.
Según nos dice el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de los Trastornos Mentales, en su quinta edición, los trastornos de ansiedad pueden ser:
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Trastorno de Ansiedad por Separación.
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Trastorno de Ansiedad Social, o Fobia Social.
Trastorno de Ansiedad generalizada. -
Trastorno de Pánico.
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Trastorno de ansiedad producto de sustancias y/o medicamentos.
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Trastorno de ansiedad producto de alguna otra condición médica.
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Agorafobia.
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Fobias específicas.
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Mutismo selectivo.
Para conocer un poco más a profundidad sobre la Ansiedad
Signos y sistemas más comunies de ansiedad según los estudios psicológicos y el DSM-5
Fisiológicos:
- Sentirse nervioso, inquieto o tenso
- Tener un aumento de la frecuencia cardíaca
- Respirar rapidamente (hiperventilar)
- Transpiración
- Temblor
- Sentirse débil o cansado
- Experimentar problemas gastrointestinales (GI)
- Tener problemas para dormir
Psicológicos
- Tener una sensación de peligro inminente, pánico o fatalidad
- Dificultad para concentrarse o pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
- Tener dificultad para controlar la preocupación
- Tener la necesidad de evitar csas que provocan ansiedad
- Tener pensamientos intrusivos, catastróficos o de daño
¿Por qué sentimos ansiedad? ¿qué hace que unas personas tengan trastornos de ansiedad y otras no? Todo esto parece estar relacionado con las experiencias de vida de cada persona, los eventos que les han resultado traumáticos, y los rasgos heredados, aunque no hay una causa totalmente identificada que justifique su aparición.
Para algunas personas la ansiedad puede estar relacionada con un problema de salud subyacente. En algunos casos, los signos y síntomas de ansiedad son los primeros indicadores de una enfermedad médica. Sabemos adicionalmente que hay personas que poseen rasgos de personalidad ansiosa, lo cual los predisponen para padecerla, pero esto no necesariamente determina que así sea.
Cuidar nuestra salud física y mental es siempre la mejor herramienta para prevenir estos padecimientos.
Comienza ya.
No tienes que afrontar tu ansiedad solo.
Aprende a manejar tu ansiedad junto con un psicólogo online.¿Cómo podemos aprender a manejar nuestros niveles de ansiedad?
Lo principal que debemos hacer para aprender a manejar nuestros niveles de ansiedad, es buscar apoyo profesional ya que la ansiedad debe ser diagnosticada y tratada por un profesional de la salud, y así poder trabajar con las emociones del paciente
Un ejemplo que viene a mi cabeza es el de un paciente de 15 años que después de un episodio de ansiedad en el metro, comenzó a presentar un temor descomunal, tenía pensamientos de miedo anticipados sobre volver a padecer una situación similar, esto le impedía ir al colegio en ningún vehículo cerrado, lo que le obligaba a caminar kilómetros para poder trasladarse, posteriormente su sintomatología fue empeorando más y más, hasta el punto que tenía miedo de salir de casa, pues pensaba que si sufría algún ataque en medio de la calle nadie le ayudaría, lo que generó que no volviera a salir de casa y perdiera el año escolar. Fue en este momento en que me llamaron para que recibiera ayuda.
Todos somos susceptibles a tener ansiedad en algún momento, por alguna situación particular, pero tenerla de manera constante, ya como un trastorno, puede ser abrumador, por eso aquí ofrezco algunos consejos para una persona que sufre ansiedad.
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Busca ayuda lo antes posible.
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Realiza terapia, el mercado actual ofrece muchas opciones, elige la que más te guste y se adecúe a ti.
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Mantente activo, siempre es una buena idea, dentro de lo que posible, participa en actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien.
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Trata de buscar maneras para relajarte, meditar es una buena opción, así como el Yoga o técnicas que permitan canalizar el estrés.
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Apóyate en amigos y familiares, aprovecha de las posibles interacciones sociales y de tus relaciones afectivas, todo contacto te puede ayudar a disminuir las preocupaciones.
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Evita el consumo de sustancias estimulantes, sustituye en lo posible estas por sustancias relajantes. Hoy en día tenemos en el mercado gran variedad de bebidas y alimentos naturales, así como dietas específicas que protegen de los estados ansiosos. Si te gustan y puedes confirmar que no posee efectos secundarios, disfrútalos.
Una vez se ha diagnosticado la ansiedad y se han descartado los problemas físicos subyacentes (siempre es recomendable acudir a su médico primario para descartar enfermedades físicas que podrían estar causando los síntomas), el tratamiento que se recomienda variará en función de la tendencia o aproximación teórica del especialista de salud mental, aquí haré referencia a mi experiencia en el tratamiento basado en los resultados obtenidos en mis pacientes.
Aunque cada trastorno de ansiedad y persona tiene características únicas, la mayoría responde bien al tratamiento, lo más importante es la psicoterapia y medicamentos (estos son parte importante en el tratamiento, en especial en los casos más severos).
Debido a mi experiencia terapéutica en los tratamientos de los casos de ansiedad, explicaré el tratamiento basado en la terapia cognitivo-conductual (TCC). Este tipo de intervención psicoterapéutica se centra en retar y cambiar los pensamientos distorsionados y los comportamientos que le son poco efectivos a las personas, para así de este modo ayudar a equilibrar el estado emocional y desarrollar estrategias de afrontamiento dirigidas a resolver problemas o situaciones de vida.
Dentro de lo que se busca en la Terapia Cognitivo-Conductual en los casos de Ansiedad, está el apoyar a la persona a que aprenda a identificar aquellos signos que se presentan al inicio de los ataques de ansiedad para de esta manera poder controlar las reacciones subsecuentes.
Parte de lo que se enseña son técnicas de manejo del estrés y la meditación, así mismo se les recomienda a las personas que participen en grupos de apoyo que les pueden brindar una oportunidad para compartir experiencias y aprender sobre las mejores estrategias de afrontamiento para sobrellevar los eventos ansiógenos.
Para ejemplificar mejor la técnica que utilizo volveré al caso que comentaba al principio; Paciente masculino de 15 años de edad quien fue referido a mi para su atención psicológica luego de perder el año académico y no poder salir de casa, diagnosticado con Agorafobia o Fobia social y Depresión.
En este caso comenzamos con identificar los patrones de pensamiento, emociones y sensaciones corporales que le producía pensar en salir de casa, durante este proceso tome mucha atención a sus reacciones corporales, practicando técnicas de relajación (a mi me ha servido mucho la técnica de Respiración diafragmática y la Relajación progresiva de Jacobson pues les ayuda mucho a las personas para que se centren en sus respuestas fisiológicas y disminuyan los pensamientos intrusivos de anticipación catastrófica).
Después del proceso de identificación pasamos a determinar la veracidad o realidad que estos tenían y cómo le perjudicaban en su quehacer diario, en este caso, no permitiéndole salir de casa.
Durante este proceso trabajamos en intentar cambiar poco a poco cada uno de ellos, para esto utilizamos la técnica de Desensibilización sistemática, que consiste en 3 pasos:
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La identificación de la jerarquía de estímulos inductores de ansiedad (que se realiza a partir de los eventos anteriormente identificados).
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Aprender y utilizar las técnicas de relajación y afrontamiento.
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Por último pasamos a presentar de forma imaginaria o través de la visualización las situaciones y medimos las reacciones, aprendiendo a superar las situaciones ansiógenas antes jerarquizadas de manera efectiva, este es un proceso que puede llevar varias sesiones.
Finalmente, una vez superada la etapa previa y habiendo trabajado en el cambio cognitivo y sus desencadenantes conductuales, se pasó a la exposición en vivo.
Mi experiencia en este caso fue muy satisfactoria, no se presentaron recaídas durante el tiempo en que tuve contacto con el paciente. Así mismo, el cambio fue relativamente rápido, y efectivo, lo que generó un cambio de estado de ánimo bastante significativo, cuando empezamos la terapia se encontraba en un estado depresivo importante ya que no tenía contacto con nadie ni podía realizar las actividades habituales, al volver a interactuar con sus compañeros y amigos, y el salir de casa, le ayudó de forma casi inmediata a salir de este estado, mejorando sus habilidades académicas que se habían visto comprometidas por la ansiedad y la depresión.
La ansiedad es una enfermedad que lamentablemente se ha incrementado en los últimos tiempos, sin embargo, podemos ver que, como consecuencia positiva de esto, se está generando mayor atención preventiva, mejores técnicas de tratamiento y un aumento en la investigación médica para obtener medicaciones más efectivas y con menos efectos secundarios.
Aunque todo esto nos da una sensación de alivio a quienes trabajamos con estas enfermedades, sabemos lo incapacitante que puede ser para las personas que lo padecen, por lo que es fundamental seguir trabajando arduamente en la información de las personas, empezando por ayudarles a perder el prejuicio que aún sigue existiendo por las enfermedades mentales y entender que la búsqueda de ayuda no es signo de debilidad, sino de fortaleza pues nos habla de que sabemos qué hacer para sanarnos.
Como cualquier enfermedad la detección temprana es fundamental, cuanto más nos demoremos en buscar ayuda, más difícil será curarnos de los síntomas que presentamos.