Soledad Koval
Licenciada en Psicología. Especialista Cognitiva-Conductual. Especialista en Ansiedad.
Viernes 22 de enero de 2021
Como primera medida para hacer frente a la ansiedad es importante aprender a reconocerla y analizar el modo en que se está manifestando en nuestras vidas. De esta manera lograremos identificar estrategias que permitan un mejor funcionamiento en nuestra cotidianidad.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta adaptativa de nuestro organismo para poder enfrentar momentos de peligro, amenazas o preocupaciones reales e imaginarias. Surge como defensa o mecanismo de protección. Sin embargo puede convertirse en un problema si incapacita a la persona que lo padece, apareciendo, por ejemplo; en forma de pensamientos anticipatorios ante situaciones que no han ocurrido, logrando que el futuro nos angustie en exceso. Esto repercute en nuestro cuerpo y facilita la aparición de ciertos síntomas.
¿Cómo se manifiesta la ansiedad?
Si bien la sintomatología puede variar en cada persona ; existen patrones comunes que permiten diferenciar cuando alguien está atravesando una crisis de ansiedad.
Entre los síntomas fisiológicos más frecuentes se encuentran:
● Aumento de la frecuencia cardiaca.
● Sensación de ahogo, respiración rápida y entrecortada.
● Sensación de tener el pecho oprimido.
● Mareo y desmayos.
● Hormigueos/ temblores/ entumecimiento.
● Náuseas; malestar estomacal, problemas digestivos.
● Sensación de irrealidad/ pérdida de control.
● Sofocación, escalofríos.
La respuesta comportamental como impulso típico es la lucha, o por el contrario, la prevención.
A nivel cognitivo aparecen valoraciones negativas ante la percepción de peligro que contribuyen al paso del miedo como respuesta protectora a niveles de ansiedad que percibidos como inmanejables para quien los padece.
Esta interpretación catastrófica, más la subestimación de las capacidades de afrontamiento, logran que la persona se sienta desvalida, es decir, sin recursos para sobrellevar lo que está ocurriendo. De esta manera, ante la aparición de los síntomas propios de ansiedad, la persona piensa que algo malo le ocurrirá y puede ser inminente , lo cual contribuye a potenciarlos y establecer un círculo vicioso difícil de romper.
Si no es tratada, la ansiedad puede dominar todas los aspectos de tu vida hasta dejarte totalmente imposibilitado. La ayuda profesional marcará la diferencia y te brindará ese apoyo tan importante para poder recuperar el control sobre tus emociones.
¿Cómo me ayuda la terapia si me siento ansioso?
El objetivo de la terapia es lograr que el paciente pueda lidiar con la ansiedad. Esto significa aprender a identificar estos pensamientos negativos, cuestionarlos y re-interpretarlos mediante auto afirmaciones positivas que permitan ver los hechos con mayor objetividad. Estas interpretaciones son distorsiones de la realidad (errores en el procesamiento de la información), como exagerar demasiado una situación o preocuparse en exceso por algo que todavía no sucedió.
Saber distinguir entre preocupaciones reales y ansiógenas facilita reordenar nuestra mente y ocuparnos mejor del presente. No se trata de eliminar por completo la ansiedad porque eso sería perder la capacidad para defendernos ante el peligro, sino de aprender a manejarla cuando aparece en situaciones inapropiadas y termina afectando las diferentes áreas de nuestra vida (social, laboral y afectiva).
¿Cuál es la importancia de llevar una vida saludable y aprender a relajarse?
Existen hábitos que ayudan a controlar mejor la ansiedad. Está comprobado que el ejercicio físico, alimentarse bien y dormir la cantidad de horas adecuadas, contribuyen en la disminución de los síntomas.
Las técnicas de relajación constituyen cualquier procedimiento cuyo objetivo es enseñar a las personas a controlar su nivel de activación sin ayuda de recursos externos. Por este motivo son un recurso con alto grado de aceptación entre las personas, por su facilidad y eficacia. Además, se ha demostrado que a nivel general poseen escasos efectos colaterales convirtiéndose en una herramienta valiosa para el paciente con ansiedad (guiada por un profesional y teniendo en cuenta el caso particular).
En este sentido aprender a respirar es un punto clave para reducir la tensión y activación fisiológica (en situaciones de nervios o estrés tendemos a hiperventilar, es decir, respiramos oxígeno en exceso provocando sensaciones corporales asociadas a síntomas desagradables).
Las herramientas utilizadas en la terapia cognitivo conductual hacen su aparición hace 80 años en occidente cuando aparecen dos obras fundamentales :
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"Progressive Relaxation (Jacobson; 1929).
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"Das Autogene Training" (Schultz; 1932).
El terapeuta puede usarlas como técnicas aisladas o como parte de otras ( por ejemplo; desensibilización sistemática o inoculación del estrés)
Entre los beneficios encontramos:
● Disminuyen la tensión muscular tónica.
● Disminuyen el ritmo cardíaco.
● Aumentan la vasodilatación arterial aumentando la oxigenación celular.
● Cambia la frecuencia respiratoria; aumentando la intensidad y regularidad del ritmo inhalación/exhalación.
● Disminuye la secreción de adrenalina y noradrenalina por las glándulas suprarrenales.
● Disminuye el cortisol por parte de la hipófisis.
● Disminuye el consumo de oxígeno y eliminación del dióxido de carbono.
● Reduce el ácido láctico en la sangre arterial.
● Disminuye el metabolismo basal, el colesterol y ácidos grasos en plasma.
● Incrementa leucocitos en plasma; mejorando el funcionamiento del sistema inmunológico.
Aunque tiene sus raíces en el budismo, el cual se practica hace muchísimo tiempo, actualmente el mindfulness, o "atención plena", es una disciplina muy recomendada por profesionales de la salud mental para afrontar los problemas diarios y restaurar el equilibrio que se pierde cuando uno se siente ansioso, estresado y/o preocupado.
Si bien es relacionada popularmente con la meditación, no son iguales ya que mindfulness es una forma de ella. Consiste, resumidamente, en "estar en el presente", "estar consciente de manera intencional de lo que hacemos; pensamos y sentimos sin juzgar ninguna sensación".
Entre sus aplicaciones clínicas también se encuentran los trastornos del estado de ánimo; de personalidad; de conducta alimentaria; terapia del dolor; enfermedad oncológica; etc…
¿Ir o no al psicólogo?
Consultar a un profesional de la salud no debe ser visto como algo malo ni significa que estés ”loco”, este concepto popular se instaló porque antiguamente era visto de esta manera, pero hoy en día se ha demostrado que la terapia es muy eficaz y resulta de mucha utilidad para las personas.
Generalmente hay un disparador que enciende el clic en tu cabeza, es importante no ignorar las señales de nuestro cuerpo y mente, pararse a reflexionar sobre cómo estamos viviendo;,cómo establecemos relaciones con los otros, si estamos evitando situaciones o teniendo pensamientos negativos frecuentes que nos limitan en el accionar diario.
Nuestra salud mental merece nuestra dedicación y tiempo; no debe ser motivo de vergüenza sentir la necesidad de hablar con un profesional que ha estudiado para ayudarte y guiarte a partir de tu motivo de consulta.
La terapia cognitivo conductual es altamente eficaz para los trastornos de ansiedad. Este tipo de enfoque se centra en el paradigma del paciente, es decir, el modo que tiene de construir su propia realidad; siendo el terapeuta un guía y facilitador en la superación de sus dificultades a través de un proceso de aprendizaje activo, donde el paciente desarrolla nuevas habilidades de afrontamiento para la búsqueda de su autorrealización. Se trabaja con diferentes técnicas, algunas fueron mencionadas anteriormente.
En tiempos actuales la terapia online es una herramienta útil que permite el mismo logro de resultados con la ventaja de hacerlo desde tu casa, manteniendo la misma confidencialidad que el modo presencial.
El apoyo y guía de un profesional de la salud será la diferencia entre dejarte dominar por la ansiedad o salir victorioso, entendiendo tus emociones y encontrando tu propio bienestar.