¿Estoy somatizando?

La somatización se entiende como una forma o mecanismo mediante el cual la mente, de manera no consciente, suele transformar el malestar emocional en un síntoma físico. Todo parte de la idea que todos hemos leído o escuchado alguna vez, que sostiene que mente y cuerpo son parte de una misma entidad.

¿Todos somatizamos?

La Somatización, aunque es un mecanismo que afecta de menor o mayor forma al cuerpo, es un fenómeno muy común en la vida cotidiana, sobre todo en este mundo tan acelerado y a veces estresante en el que vivimos.

Partiendo de que cada persona es única e irrepetible, su mente también lo es, por lo cual el cómo somaticemos se presentará en una gran variedad de formas de manifestaciones, desde las más simples llegando hasta las más complejas.

Según los estudios y manuales de diagnóstico, aproximadamente el 5% de la población tiende a presentar en algún momento de su vida de manera temporal o permanente síntomas de este tipo.

¿Por qué somatizamos?

Desde el punto de vista de la vida cotidiana moderna, el estrés, la ansiedad, la tristeza, entre otros, son fenómenos inevitables y naturales dentro de nuestro ecosistema personal y social. En este contexto, la experimentación de emociones negativas es considerado común en el día a día.

Aunque existen personas que somatizan más que otras, lo más probable es que todos, en algún momento, hubiésemos manifestado síntomas de malestar físico asociados a una situación de malestar emocional.

Es prudente señalar, que todo malestar físico no siempre se explica por una relación directa con un trauma emocional, pero lo que no podemos negar es la influencia de la mente sobre el cuerpo. La somatización es un mecanismo de alarma a través del cual las emociones suelen manifestarse en forma de síntoma físico; entendiéndolo de una manera más simple como una válvula de escape al malestar emocional que a veces no logramos identificar y/o manejar adecuadamente. 

Algunos síntomas que se presentan recurrentemente en distintas personas son:

- Dolor de cabeza

- Dolor de espalda

- Acidez estomacal

- Gastritis

- Colon irritable

- Asma

- Herpes

- Hipertensión

-Tensión muscular

- Cansancio

- Dermatitis

- Acné

Todos estos síntomas pueden presentarse de manera temporal o de manera crónica y no necesariamente juntos. Con que no exista un motivo físico para cualquiera de ellos, ya tienes un motivo para consultar al respecto. En OpciónYO cuentas con un equipo de Bienestar preparado para ayudarte a entender que te está diciendo tu cuerpo.

¿Cómo puedo abordar esta situación?

El tener conciencia sobre nuestros síntomas físicos e identificarlos es la primera clave para el entendimiento y abordaje de estos. La mayoría de las ocasiones que experimentamos malestar físico existe un correlato emocional de base, por eso la importancia de acudir con quien pueda agilizar el procedimiento o mejorar la sintomatología.

En nuestra área tendemos a denominar estresores o detonantes a todas aquellas situaciones que pudiesen estar conectadas con la aparición o empeoramiento del malestar físico. Muchas personas desconocen de entrada que la aparición de la somatización sea por la experimentación de sufrimiento emocional. No tenemos quizás, la educación cultural de entender que el cuerpo “habla” a su forma lo que no se manifiesta desde el pensamiento.

Por esta razón, el abordaje del proceso desde lo emocional le da otro camino se salida al malestar de este tipo. El primer paso es guiar al consultante a asociar en una línea de tiempo el inicio de la sintomatología con algún hecho de vida molesto y/o traumático que haya impactado la vida emocional del mismo.

¿Qué puedo hacer?

Al acudir a alguien que pueda ayudarnos nos proveerá de una serie de herramientas muy útiles para combatir la génesis del malestar físico. El coach asiste en la implementación de técnicas y habilidades para combatir los eventos y emociones estresoras.  Como ya comentamos, el primer escalón es acompañar al consultante y ayudarlo a identificar y a manifestar cual o cuales pudiesen ser los posibles detonantes; tratando de ser más simplista, en intentar ponerle “nombre y apellido” a las emociones molestas y su relación directa con el evento de vida que lo esté desencadenando. El coach debe catalizar que la persona puede manifestar conscientemente su situación emocional actual y develar cual es la situación de malestar para así después poder armar un plan de abordaje.

Afrontamiento al Estrés

La técnica del Coping o Afrontamiento al Estrés, plantea de qué manera, después de identificado el estresor; el consultante pueda combatir y hacer frente con las fortalezas que posee en su personalidad. Quien lo esté asistiendo, tiene la función de identificar los puntos fuertes y débiles de cómo la persona enfrenta las emociones de malestar; con la finalidad de potenciar los puntos fuertes y blindar los puntos débiles. La implementación de alternativas más funcionales y sanas es el fin último para alcanzar los objetivos de aumentar el bienestar físico y emocional.

Dentro de las estrategias más efectivas del Coping están; el autocontrol, la revaluación positiva de la situación, la reorganización cognitiva y en ocasiones el escape y evitación de estresores.

Mindfulness y Meditación

El Mindfulness y la meditación, como técnicas complementarias, permiten al consultante buscar espacios de relajación mental, en donde la reducción del estrés es el objetivo principal. El Mindfulness permite por un lado que el individuo esté consciente y focalizado en lo que sucede a su alrededor, lo cual se traduciría como “el pensar sereno” para tomar acciones acerca de una problemática o situación de malestar; por su lado la meditación permite un estado de relajación mental, en donde se crea un espacio seguro psíquico de calma a través de la respiración y visualización positiva.

Ambas técnicas, utilizadas contemporáneamente, han mostrado dar resultados muy positivos. Escucha a tu cuerpo y atiende a tus emociones con el apoyo del equipo de Bienestar de OpciónYO.